En la vida hay muchos ángeles. Son angeles anónimos, por supuesto. Ángeles que parecen seres normales, con sus defectos y sus virtudes, pero que a medida que les conoces, descubres en ellos que no tienen defectos o, por lo menos, los disimulan a la perfección.
Yo he tenido el privilegio de conocer a varios de ellos. Ángeles que te confiesan que lo son cuando te cuentan su vida y todo su esfuerzo en el pasado por conseguir el maravilloso presente que viven ahora. Son personas que nunca, NUNCA, reconocen su valentía, su fuerza, su afán por superarse día a día.
Personas tan humildes en su forma de ser, que hacen al más engreído sentirse diminuto y bajar escalones para dejarle a ellos los más altos.
Esas personas luchan cada día por su pareja, por sus hijos, por su família. Y a pesar de su lucha, de su esfuerzo y su dedicación, el mundo sigue girando, y los que lo habitamos no nos damos cuenta, e incluso a veces les insultamos, les criticamos y les menospreciamos.
Este post va dirigido a todos esos ángeles. Y en especial a un ángel que vive en Menorca y lucha todos los días por mantener a esos dos niños preciosos.
Llevo mucho tiempo sin verte, angelito. Te echo de menos.
Un besazo a todos,
Sara.
3 comentarios:
Glory dijo...
muy bonito el post. pienso que en todas las familias, hay mas de uno de esos a los que tu llamas angeles :)
besos
Luchida dijo...
La verdad que sí, que hay quien se merece que se le haga un monumento a su valentía, a su afán de superación y a su lucha diaria. Bonito homenaje a estas personas. Me ha gustado mucho.
Ariel dijo...
Me llegó muy profundo tu escrito...Aprovecho de opinar acerca de tu blog. A veces la vida es más cuento que realidad. Eso es lo que he podido comprobar. Éxito.