Sí, he vuelto al mundo de los blogs después de unos meses de descanso, sobre todo en mi blog principal: "El mural de las historias", que ha cambiado el nombre y el diseño. En él publicaré relatos y microrrelatos, como he ido haciendo hasta ahora, y las entradas que antes publicaba aquí, ahora las incluiré también en ese blog, con la finalidad de unir ambos en uno, ya que, en definitiva, estoy escribiendo en los dos.

Espero que me visitéis en la siguiente dirección y que me dejéis muchos comentarios, ya que un blog sólo se sustenta de ellos.




Tantos años escribiendo cuentos, relatos, reflexiones, vivencias, y jamás me había preguntado por qué. No sé responder, la verdad. No sé por qué escribo, sólo sé que necesito hacerlo. Probablemente esculpiría en una piedra si hubiera vivido antes de que se conociera el papel y la pluma...

Puedo pasar un mes sin escribir, quizás dos, pero de repente me viene la inspiración y la idea ronda por mi cabeza insistentemente hasta que la plasmo en el papel. Quizás escribo porque desconfío de mi memoria, o quizás porque a mi memoria le gusta recordar ciertas cosas al leerlas. Lo cierto es que al escribir ordeno la alcoba de mis pensamientos, las penas parecen menos tristes y los recuerdos no acumulan tanto polvo.

Me lleno la boca llamándome escritora, cuando en realidad todos lo somos. Nos han enseñado a escribir a una gran mayoría de la población. No es ningún misterio enlazar las letras y formar palabras, oraciones, párrafos, textos. No se necesita una habilidad especial para dotar una frase de sentido. Pero no todos tenemos esa necesidad imperiosa de escribir todo cuanto nos sucede. No todo el mundo se levanta a media noche y necesita escribir en su libreta una frase, una idea, un relato, el dibujo de algún sueño. No le sucede a todo el mundo. 
Menos mal...
He escrito también otro post interesante relacionado con este: ¿Qué es la literatura?


Para quienes no conozcan este síndrome, podéis hacer clic en el enlace: Síndrome de Asperger, y leer un post que publiqué en mi blog Material educativo para maestros. Es un síndrome que me fascina mucho porque no es muy habitual y tampoco está muy definido, es decir, no se conoce demasiada información sobre él.
Acostumbro a leer uno o dos libros al mes y de casualidad me topé en la biblioteca con este "Marcelo en el mundo real". Está escrito por Francisco Stork, Mexicano residente en Los Ángeles y es una preciosidad de novela. Como en la vida real, el libro te hace reír, llorar, enfadar,... Os dejo la sinopsis y os animo a que lo leáis.
Sí, es cierto, Marcelo Sandoval oye música dentro de su cabeza. También es verdad que Marcelo se pierde si se le deja solo en un lugar que no conoce y que se lo toma todo en un sentido literal. Padece el síndrome de Asperger, un leve autismo. Desde siempre ha asistido a una escuela especial donde se sinete valorado y protegido. Per un verano antes de acabar la secundaria, su padre le propone un reto: que trabaje en su bufete de abogados. Este desafío le hará enfrentarse al "mundo real", un lugar que siempre le ha aterrado. Este verano, Marcelo descubrirá sentimientos como la envidia y la competitividad, la ira y el deseo. Marcelo aprenderá también lo que significa sufrir ante la injusticia. Un despertar que le hará entender mejor sus propias emociones y conectar con las personas de su alrededor. Descubrirá que, en realidad, no es tan diferente a los demás.
Ayer me desperté con ganas de ver una película. No soy yo muy peliculera, todo hay que decirlo, pero sí me considero persona "de cines". Me he recorrido casi todos los cines de España y, siempre que mi economía me lo permite, voy a ver alguna película en la gran pantalla.
Bueno, que me desvío. El caso es que no soy de ver muchas películas en casa, no sé por qué, la verdad. Será que soy demasiado masoca y me encanta gastarme el dinero en el cine... Pero ayer me levanté de la cama con la necesidad de ver una peli, la primera que me llamase la atención. Así que entré en la gran web de esta materia y me encontré con una película titulada "Adam". Si queréis información sobre esa película, haced clic aquí: película Adam.

Bueno, espero que leáis el libro o veáis la película, o las dos cosas, para los que no sois demasiado vagos. Ya comentaréis qué os parece. Saludos



De pequeñita (ahora soy menos pequeñita) me han enseñado que a las personas mayores, sobre todo a los desconocidos, pero en definitiva a todos, hay que hablarles de tu. Por respeto, educación e incluso admiración.

Esto se ha perdido por completo. Ahora los chavales tratan por igual a una anciana de 60 años que a un colega suyo. No saben distinguir, no entienden que en determinados contextos verbales, el registro que utilicemos ha de cambiar.

Yo no puedo llegar a casa y decirle a mi padre (cuidado, que esto lo he oído, ¿eh?):

Que paxa tiooo... Oye abuelo, dame pasta, joer, que estoy sin un puto duro.

Duele. Duele oírlo. Pero lo que más duele de todo es ver la cara del padre, resignado, dándole el dinero. ¿Pero qué nos pasa? ¿Resulta que ahora van a tener que decir los jóvenes a los mayores lo que estos últimos han de hacer?

En una comparecencia que hace poco dio en el Senado Enrique Múgica, el Defensor del Pueblo, defendió, entre otras cosas, el uso del usted como primera medida para conseguir esa disciplina y autoridad que actualmente no se conoce, pero ni en las aulas ni en ninguna parte.

Vale, estoy de acuerdo. Ahora, señor Múgica, póngase delante de un niño de 11 años y dígale que le tiene que hablar de usted, porque de otra manera le estaría faltando el respeto. La respuesta será parecida a esto:

Sí, venga. ¿Qué te crees, Dios o algo así o qué?

Es deprimente escuchar las respuestas que estos niños pueden dar. Ante todas estas faltas de respeto diarias que el profesorado tiene que soportar, es muy difícil, casi imposible, no perder los papeles en ningún momento. Y si los pierdes y se te escapa algún grito, alguna entonación tirando a la amenaza, ya la has fastidiado (ya la has cagao, tio, como dirían estos insolentes), porque acto seguido aparece en el aula el padre o madre de turno diciendo aquello de: "Como te pases con mi hijo te denuncio".

Así que estoy de acuerdo con que a los profesores se les hable de usted con la intención de crear una barrera en la que se pueda distinguir en todo momento quién es el docente y quién el alumno, porque hasta ahora hay momentos en los que no parece distinguirse demasiado.

Pero cuidado. Este cambio no es definitivo para transformar a toda la sociedad. No sólo hemos de educar al alumnado. Los padres también necesitan una buena dosis de educación (bueno, la mayoría, que también hay padres buenos, no vayamos a ponernos en lo peor). Y para que ambos muestren una buena educación, el profesorado debe recuperar unos derechos que les han sido arrebatados porque parece ser que no eran competentes con una enseñanza democrática. Que digo yo, ¿no hay un término medio entre enseñar a base de palos y que los alumnos te digan "colega"? Si entre el blanco y el negro hay más colores, digo yo que en este caso también habrá más opciones.

En resumen, y en mi opinión, el hablar de usted al profesor no soluciona nada si los docentes siguen tan indefensos legalmente como hasta ahora. Tampoco soluciona nada si, al llegar a casa, el niño sigue diciéndole a su padre "oye, tio...". Y tampoco sirve de nada si los docentes van a tener que dedicar la mitad de la semana en enseñar valores a los alumnos (sí, esos valores que deberían enseñarse en casa, pero que la falta de tiempo los ha suplido por Nintendo DS, Play Station,...) y no va a quedar tiempo para enseñar contenidos.

A los padres: Señores, ustedes decidieron tener a sus hijos. Y esos niños no nacen educaditos. Los primeros maestros que van a encontrar en su vida deben ser ustedes. Los docentes ya nos encargaremos de llenarles de contenidos y conocimientos. Esa es su función, nada más. ¿Tan complicado es?

Al final acabaremos con escuelas internas donde los niños tan sólo verán a sus padres en Navidad y algún que otro festivo. ¡Qué triste!

Les dejo aquí algunas caricaturas que reflejan al cien por cien esta realidad. A ver si despertamos todos un poquito y nos da por mejorar el futuro del país.









Bueno, continuamos con otra canción, la de la calle – lle 24 – tro:


En la calle – lle 24 – tro

ha habido – do – do un asesinato – to

una vieja – ja mató un gato – to

con la punta – ta del zapato – to.

Pobre vieja – ja

pobre gato – to

pobre punta – ta

del zapato – to.


Para empezar, me da la sensación de que la letra de la canción se la ha inventado un tartamudo. No sé por qué, es un presentimiento... Pero bueno, de eso no hay mucho que comentar. La canción consiste en repetir instintivamente la última sílaba de la mayoría de las palabras. Vale, bien, si hay que repetirlas se repiten. No voy a ser yo quien haga ahora un cambio de letra de la canción...

Yo más bien me centro en la historia. Vamos a ver, aquí hay una víctima. El pobre gato ha sido asesinado, por una vieja que debe tener unos zapatos de acero, porque con la punta de uno de ellos ha acabado con la vida del infeliz animal.

¿Y resulta que en la historia hemos de tener compasión por la vieja y por la punta de su puñetero zapato? Oigan, que aquí la única víctima ha sido el pobre gato. A la vieja y a su zapato les podrían dar POR AQUÍ (véis, en este contexto yo soy una maleducada, en la historia de Don Federico no...). Y luego me vienen con “no le abandones” los de la protectora de animales. ¿A la vieja y a su zapato también les protegen? No entiendo nada...





Durante este verano, he estado recordando, en mi trabajo de monitora de verano, todas esas cancioncitas que cantábamos de pequeños en el colegio. ¿Os acordáis de la historia de Don Federico, o la de la vieja que mató el gato con la punta de su zapato? ¿O de “Vamos a contar mentiras”?

Todas esas canciones requerirían un análisis minucioso de sus letras, porque hay algunas que no tienen ningún sentido. Otras, que tienen un sentido maquiavélico, y otras que te incitan a mentir desenfrenadamente por el resto de tu vida. Yo creo que sin algunas de estas canciones, habría más buenas personas en el mundo, de verdad.

Vamos a comenzar por el análisis de la historia de Don Federico. Aquí va:

Don Federico perdió su cartera
para casarse con una costurera;
la costurera perdió su dedal
para casarse con un general.
El general perdió su espada,
para casarse con una bella dama;
la bella dama perdió su abanico
para casarse con Don Federico.
Don Federico perdió su ojo
para casarse con un piojo;
el piojo perdió su cola
para casarse con una Pepsi – cola.
La Pepsi – cola perdió su burbuja
para casarse con una mala bruja;
la mala bruja perdió su gatito
para casarse con Don Federico.
Don Federico le dijo que no,
y la mala bruja se desmayó.
Al día siguiente le dijo que sí,
y la mala bruja le dijo POR AQUÍ.

Vale, muy bien. Hasta el momento en que la bella dama pierde su abanico para casarse con Don Federico la cosa marcha bien. Vale, se puede entender más o menos la historia. Pero, ¿Que Don Federico renuncie a la bella dama y pierda un ojo para casarse con un piojo? ¿Qué sentido tiene eso?
Menos sentido tiene aún que el piojo pierda su cola para casarse con una Pepsi – cola... Pobre piojo, sí que tiene que estar solo para querer pasar el resto de su vida con una Pepsi – cola, que debe ser interminable, porque ya me diréis qué hace si no un piojo con una lata de Pepsi. Y más aún cuando la Pepsi de la historia pierde su burbuja, que digo yo, pero bueno, ¿qué mas dará una burbuja más que menos? ¿Es que sólo tiene una?
¿Y pierde su burbuja para casarse con una bruja, que encima es mala? Yo no le veo ningún sentido, vamos... Luego, va la bruja y pierde su gatito sólo para casarse con Don Federico, que encima ahora nada más que tiene un ojo... Una bruja mala y un hombre con un sólo ojo. Desde luego, la pareja ideal. Pero resulta que Don Federico no lo tiene muy claro, y le dice que no se quiere casar con ella, y la pobre bruja mala se desmaya. Pero al día siguiente se lo piensa mejor y dice: ¿Con quién voy a estar mejor que con una bruja mala? Venga, le voy a decir que sí...”
Pero entonces la bruja le dice: “Por aquí”. Y este es el momento en el que los pequeñajos hacen un gesto que sólo en ese momento parece no ser motivo de enfado, pero que si se realiza en cualquier otro contexto supone una buena regañina por parte del adulto, el cual te dice que eres un/a maleducado/a. Pues lo siento, pero no lo entiendo...

CONTINUARÁ


Saludos a todos!
Bien, os dejo este escrito para avisaros que durante los meses de julio y agosto no escribiré nada en este blog, ya que he creado uno nuevo en el que iré recogiendo todas mis experiencias en la escuela de verano donde voy a trabajar con los niños de Infantil.
Como no tendré tiempo de llevar adelante tantos proyectos, suspendo durante estos dos meses las publicaciones en este blog y os espero en el otro, con muchas ganas de que me sigáis y comentéis mis opiniones.
Os dejo el enlace del nuevo blog:


Empezaré a escribir en él muy pronto, el 1 de Julio. Por el momento, el blog está en construcción y mejorando su diseño.
¡Os espero a todos allí!

¡Un saludo y felices vacaciones!